
Ciudad de México, (LMSHOW.COM).- Quienes conocen a Iván Aguilera saben que es un hombre de pocas palabras, efectivo en los hechos, prudente en el hablar, pero contundente en el hacer, un hombre admirable señala Simona Aguilera.
Confiesa que desde pequeña debieron abandonar Rumania porque su familia era perseguida del régimen, llegaron a la Florida con la vocación del trabajo, su madre limpiaba casas, su padre reparaba las viviendas y Simona pasaba largas horas como mesera, posteriormente, la escuela era su destino.
Por la tarde noche, todos acudían a la iglesia pentecostal, en donde su padre era pastor, y hasta donde llegó un joven de origen mexicano, silencioso como el que más, del cual quedó prendada.
Sin embargo, el romance no se concretó de inmediato, debieron pasar de seis meses a un año para que el muchacho se fijara en ella, lo demás, es una bella historia de amor la cual quedó enmarcada en un cuadro pintado por un artista el día de su boda.
Simona jamás supo que el padre del joven era una super estrella mundial de la música, incluso, llegó a sentir tristeza por el destino del papá de Iván, seguro era un músico que amenizaba en bares y restaurantes.
Hasta que un día, Iván le invitó a verlo en acción en el American Airlines, allí, el gigante mexicano mostró su fuerza, un personaje admirado por millones le había heredado lo mejor de él, un hijo.